De inmigrantes ilegales a legales, y viceversa
06 /11 / 2007
Los 200.000 nuevos rumanos ya estaban en España y los ecuatorianos no se han ido tras perder sus permisos de residencia, señalan las asociaciones que los representan
Los datos del Ministerio de Trabajo hablan por sí solos: desde que Rumanía ingresara en la Unión Europea el pasado 1 de enero, el número de rumanos con tarjeta de residencia en España casi se ha duplicado. De hecho, los ciudadanos rumanos son ya, tras los marroquíes, el segundo colectivo de extranjeros con certificado de registro en vigor más numeroso.
"No hay una oleada de rumanos en España", asegura tajante Gelu Vlasin, portavoz de la Federación de Asociaciones Rumanas en España, para quien lo sucedido responde al proceso de normalización de una población que ya residía en España de forma ilegal antes de la entrada de su país en la UE. De hecho, Vlasin afirma que desde hace año y medio "cada vez llegan menos rumanos a España, ya que la economía rumana ha mejorado mucho y cada vez hay más oportunidades".
Según los datos del Ministerio de Trabajo, a finales de septiembre había en España más de medio millón de rumanos con tarjeta de residencia. "Tenemos derecho a residir, pero no a trabajar", se lamenta Vlasin. Una moratoria impide a los rumanos trabajar como comunitarios hasta enero de 2009, por lo que deben seguir el mismo cauce que los trabajadores procedentes de fuera de la Unión Europea para obtener un trabajo.
"Al final, la mayoría de los empresarios opta por contratar de manera ilegal", asegura Vlasin, cuyos compatriotas acaban trabajando sin contrato en la construcción y en el sector servicios. "En el fondo, casi no ha cambiado nada para nosotros desde enero", concluye. Su federación tiene previsto pedir al Gobierno que reduzca la moratoria para que a partir de enero de 2008 los rumanos puedan conseguir trabajo en España como cualquier otro europeo.